lunes, 1 de junio de 2009

Yungay y el aluvión de 1970

Era otoño del '70 y nuestra selección de fútbol había clasificado de manera categórica al mundial de México. La algarabía y la esperanza por este logro reinaban en todas las familias peruanas ya que el Perú hacía 40 años que no clafisicaba a uno y de qué manera la alcanzaba: eliminando a la mismísima selección argentina en la Bombonera.

Todos estaban preparándose para la primera semana de Junio, fecha en la cual debutaría la selección encabezada por Teófilo Cubillas y el "cholo" Hugo Sotil en el mundial del '70. Pero, como una estocada final a dicha efervescencia y fanatismo que desprendía una de las mejores selecciones nunca tenidas por nuestro país y porque no del mundo, ocurrió uno de los hechos más catastróficos del mundo: el terremoto y aluvión de 1970 en la ciudad ancashina de Yungay.

Si bien el terremoto se sintió en Huánuco, La Libertad, Lima y Áncash, fue éste último el que recibió la descomunal ira de la madre tierra. El desprendimiento de un bloque de nieve y hielo del pico oriental del nevado Huascarán juntamente con grandes pedazos de roca enterreraron y desaparecieron a los pueblos de Yungay y Ranrahirca y a sus pobladores. Mientras que la capital de Ancash, Huaraz, se destruyó en un 97% por causa del terremoto. A consecuencia de esto: se originó la temible cifra de 80.000 muertos y 20.000 desaparecidos.

El ingeniero geofísico Mateo Casaverde, quien se salvó ya que se refugió en un cementerio, pudo observar la magnitud del aluvión que asoló Yungay aquel fatídico 31 de mayo de 1970: "el lodo de aproximadamente 60 metros de alto paso muy cerca de nuestros pies, se oscureció el cielo por la gran cantidad de polvo, posiblemente originado de las casas destruidas en Yungay; volteamos la mirada: Yungay con sus 20 000 habitantes había desaparecido".

Pero al igual que Mateo, hubieron varias personas que se salvaron ya que al igual que él, pudieron correr y refugiarse en el cementerio de la ciudad (una antigua fortaleza preinca). Sin embargo, hubieron otros que se salvaron al permanecer en los únicos puntos seguros de la ciudad como curiosamente lo estaban el circo "Verolina" y el estadio, sitios donde varios pobladores asistieron.

A raíz de este acontecimiento, la ayuda local e internacional no se hizo esperar aunque la destrucción de las vías de comunicación de la zona y la falta de planeamiento le dieron una cuota de ineficiencia. Aunque aquí no acaban las desgracias: una aeronave argentina con la intención de socorrer a los heridos sufrió un accidente, destruyéndose totalmente. Fue por la ayuda de todos los rincones del mundo que a la nueva Yungay se le conoce como "Capital de la Solidaridad Internacional".

En cuanto al fútbol, el Perú pudo remontar un 2-0 a Bulgaria, encaminando una serie de triunfos inolvidables que no pararían hasta 1980.

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