martes, 3 de febrero de 2009

Casonas de Lima, la antigua

Lima, conocida por sus casonas coloniales y esculturas de gran embergadura nos hacen recordar lo que alguna vez se vivió en tiempos pasados. Sus faroles, edificios, parques y monumentos embellecen a la capital de la manera más elegante que los arquitectos hayan tenido en su sueño más lejano de perfección.

Algunas de las casonas representativas de los siglos pasados son la Plaza Perú y el edificio Emancipación que guardan la avenida Emancipación de resplandor y color colonial.

Otro de los lugares de gran belleza arquitectónica y escultórica es la Plaza San Martín, muy recurrida por turistas extranjeros y nacionales. Esta plaza fue inaugurada en el año de 1921 por el ex presidente Leguía. El nombre de esta plaza no es por el santo peruano, sino por el libertador argentino. Un monumento de éste último montando un caballo se puede apreciar en el medio de esta plaza. Además una esfinge carga los laureles del libertador coronada por un camélido.




Esfinge de la plaza San Martín

Alrededor de esta singular plaza, se ubica el Gran Hotel Bolivar, donde nos encontramos con César Costa, quien amablemente nos mostró este prestigioso hotel por dentro. Nos relató que fue construida por los cien años de la batalla de Ayacucho y fue llamada así por consejo de Leguía. Para suerte nuestra, estaba en exposición algunas fotos de la Lima antigua tomadas por el francés Courret Chalet.

César Costa mostrandonos el libro de visitas del hotel


César nos explicó el significado de las fotos, fue como un viaje al pasado, donde pudimos apreciar desde costumbres hasta iglesias que fueron luego demolidas. Después, nos dirigimos hacia la exposición de esculturas en el mismo hotel. Allí quedamos maravillados con la obra del cajamarquino Humberto Hoyos Guevara que fue llamado alguna vez por el embajador de Sudáfrica para hacer una escultura del líder sudafricano Mandela.



"La Marinera de Hoyos"

Hablando de esculturas, César nos contó sobre José Pareja, otro gran escultor. Sus esculturas más resaltantes son “afilador de cuchillos”, “carretina de helados”, “las últimas noticias”, etc. Obras que al igual que las de Hoyos, asombran a cualquiera. El talento que poseen es único.

En noviembre del 2008 hubo una exposición donde estos “genios” se juntaron y dieron tremenda “cátedra” de lo que es la verdadera escultura peruana. En esta reunión Pareja dijo: “Nuestras obras hablan por si solas, no importando con el material que hayan sido facturadas sellando nuestras ideas y sentimientos, a la ráfaga de inspiración, donde han sido realizadas con la paciencia del arado de una yunta que abre surcos y va dejando huellas en el tiempo”. Por su parte Hoyos declaró: Los secretos más útiles son aquellos que no se guardan, dejémoslo a la luz en cada obra que se haga, los hallará aquel sensible corazón que busca alimentar sus sentimientos. Sabias palabras de dos reconocidos escultores que actualmente cuentan con 68 y 58 años respectivamente.

Al terminar nuestra interesante charla, en medio de esculturas y fotos que resumían “en obras a Lima”, apreciamos de una vibrante marinera integrada por dos niños. Ellos daban a los turistas el blanco estilo norteño que destila pasión.

Así acabó nuestra travesía por las calles limeñas, calles por las cuales se han vivido épocas de éxito, épocas de decadencia y épocas de júbilo. Éstas últimas las que se viven ahora. Este, nuestro recorrido buscó ilustrarles un poco de lo que es nuestra grande Lima.

Lima y sus balcones coloniales



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