viernes, 4 de septiembre de 2009

¿Dónde está el ministro?

Por Ronald Gamarra Herrera

Qué nivel. Parece una broma, pero no lo es: todo un ministro, a cargo del sector Defensa, perdiendo el tiempo en insultar y calumniar a quienes considera sus adversarios mediante un panfleto procaz, a tono con la campaña que promueve el diario que lo cobija, vocero supérstite del fujimorismo, al cual el ministro sirvió con pasión y esmero.

Si en vez de entregarse a ese pasatiempo de nulo nivel intelectual –políticamente perjudicial para la búsqueda de alternativas y consensos–, se dedicara un poco más a su labor, tal vez no tendríamos que lamentar nuevas muertes entre nuestros soldados, como ha ocurrido anteayer en el VRAE.

¿Dónde demonios está el ministro de Defensa cuando nuestros soldados mueren en el VRAE? Pues cachueleando en la campaña que un pasquín le dedica cada día a los “caviares”, pergeñando insultos en vez de ideas, planes, estrategias, políticas que sirvan a la seguridad del país, a la preservación de la democracia, así como a la efectividad de las FFAA.

Rey es un peligro para estos objetivos democráticos, como lo confirman su lenguaje, sus consignas y el desparpajo con que defiende a quienes desde el Estado cometieron crímenes y atrocidades que repugnan, pues es de los que propugnan que tales crímenes deben quedar impunes.

Repito aquí la declaración de este domingo de la Coordinadora Nacional de DDHH: “A los que sostienen esta tesis les decimos que todos los crímenes deben ser investigados y juzgados sin excepción. Celebramos que los terroristas hayan sido juzgados y sentenciados con la severidad establecida por la ley. Esperamos que quienes desde el Estado cometieron atrocidades homologables a las del terrorismo, sean también investigados y procesados. La democracia no puede hacerse cómplice de quienes con esos crímenes no defendieron sus valores y contribuyeron a deslegitimarla con innumerables víctimas inocentes”.

Rey quiere impunidad, por ejemplo, para los agentes del Estado que asesinaron en la comunidad de Putis a más de 100 campesinos, incluyendo a alrededor de 40 niños. Nosotros pedimos que se haga justicia y por eso el movimiento de DDHH estuvo con los campesinos de Putis en el doloroso entierro cristiano de sus víctimas.

¿Dónde estaba el ministro? ¿No debía alguna explicación, tal vez unas disculpas, un pedido de perdón o al menos acompañar respetuosamente a esos campesinos, los más pobres entre los pobres? ¿Dónde estaba, ministro? ¿Escribiendo su panfletito?

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