martes, 26 de mayo de 2009

Teoría de iniciación de Propp en La Reina de las Avejas

Analizar un cuento usando el método de Vladimir Propp es un nuevo camino para entender la morfología básica de éstos. Mediante ello, Propp ganó el reconocimiento en 1950, al haber analizado diversos cuentos populares rusos con esta teoría. Si bien es cierto, es la primera vez que me pongo en el papel de Propp (al analizar un cuento con su teoría), busco de esta monografía –como todas-, un trabajo satisfactorio y reconfortante tanto para mí como para el profesor.

Acerca de la prueba decisiva establecida en el libro “Morfología del cuento” (Rusia, 1928) por el erudito ruso se entiende que en todo cuento, ya sea moderno o antiguo, hay un héroe o un grupo que debe aprobarla. Además, todos estos héroes, deben llevar a cabo la prueba cualificante que no es mas que la prueba de que es el elegido.

Pero todo esto no queda solamente en el plano lingüístico, sino que inclusive se debe emplear en la vida diaria. Personajes como los candidatos elegidos a la presidencia o algún cargo público necesitan de esta prueba, demostrar que su triunfo es éxito suyo y reafirmar su heroicidad.

Siempre nos han contado de grandes castillos, bellísimas princesas y buenos mozos caballeros. De elegantes caballos, poderosos conjuros y misteriosos bosques. Como sabemos, todo esto gira alrededor de La Edad Media o Medioevo. En esta oportunidad, analizaremos “La Reina de las Abejas”, cuento de los hermanos Grimm, que a pesar de haber sido escrita en otra época, tiene que ver mucho que ver con la primera época.

EL RESUMEN

Este cuento de los reconocidos hermanos Grimm cuenta que dos príncipes partieron en busca de aventuras y experiencias nuevas por lo que se entregaron a una vida disipada y no volvieron a casa.

El tercer y menor hijo conocido como “El bobo”, los buscó por diversos sitios hasta que al final dio con el paradero de sus hermanos. Cuando por fin los encontró, éstos se burlaron de él.

De todos modos, los tres hermanos caminaron juntos por el bosque hasta que llegaron a un nido de hormigas. Los dos mayores querían destruirlo para divertirse viendo cómo los animalitos corrían azorados para poner a salvo los huevos; pero el menor dijo: “Dejad en paz a estos animalitos; no sufriré que los molestéis”.

Siguieron andando hasta llegar a la orilla de un lago, en cuyas aguas nadaban muchísimos patos. Los dos hermanos querían cazar unos cuantos para asarlos, pero el menor se opuso: “Dejad en paz a estos animales; no sufriré que los molestéis”.

Al fin llegaron a una colmena silvestre, instalada en un árbol, tan repleta de miel, que ésta fluía tronco abajo. Los dos mayores iban a encender fuego al pie del árbol para sofocar los insectos y poderse apoderar de la miel; pero “El bobo” los detuvo, repitiendo: “Dejad a estos animales en paz; no sufriré que los queméis”.

Al cabo llegaron los tres a un castillo en cuyas cuadras había unos caballos de piedra, pero ni un alma viviente; así, recorrieron todas las salas hasta que se encontraron frente a una puerta cerrada con tres cerrojos, pero que tenía en el centro una ventanilla por la que podía mirarse al interior. Veíase dentro un hombrecillo de cabello gris, sentado a una mesa. Lo llamaron una y dos veces, pero no los oía; a la tercera se levantó, descorrió los cerrojos y salió de la habitación. Sin pronunciar una sola palabra, los condujo a una mesa ricamente puesta, y después que hubieron comido y bebido, llevó a cada uno a un dormitorio separado. A la mañana siguiente el hombrecillo mandó a llamar al mayor y lo llevó a una mesa de piedra, en la cual había escritos los tres trabajos que había que cumplir para desencantar el castillo.

El primero decía: “En el bosque, entre el musgo, se hallan las mil perlas de la hija del Rey. Hay que recogerlas antes de la puesta del sol, en el bien entendido que si falta una sola, el que hubiere emprendido la búsqueda quedará convertido en piedra”. Salió el mayor, y se pasó el día buscando; pero a la hora del ocaso no había reunido más allá de un centenar de perlas; y le sucedió lo que estaba escrito en la mesa: quedó convertido en piedra.

Al día siguiente intentó el segundo la aventura, pero no tuvo mayor éxito que el mayor: encontró solamente doscientas perlas, y, a su vez, fue transformado en piedra. Finalmente, le tocó el turno a “El bobo”, el cual salió a buscar entre el musgo. Pero, ¡qué difícil se hacía la búsqueda, y con qué lentitud se reunían las perlas! Se sentó sobre una piedra y se puso a llorar; de pronto se presentó la reina de las hormigas, a las que había salvado la vida, seguida de cinco mil de sus súbditos, y en un santiamén tuvieron los animalitos las perlas reunidas en un montón.

El segundo trabajo era pescar del fondo del lago la llave del dormitorio de la princesa. Al llegar «El bobo» a la orilla, los patos que había salvado se acercaron, se sumergieron, y, al poco rato, volvieron a aparecer con la llave pedida.

El tercero de los trabajos era el más difícil. De las tres hijas del Rey, que estaban dormidas, había que descubrir cuál era la más joven y hermosa, pero era el caso que las tres se parecían como tres gotas de agua, sin que se advirtiera la menor diferencia; sabía sólo que, antes de dormirse, habían comido diferentes golosinas. La mayor, un terrón de azúcar; la segunda, un poco de jarabe, y la menor, una cucharada de miel.

Compareció entonces la reina de las abejas, que “El bobo” había salvado del fuego, y exploró la boca de cada una, posándose, en último lugar, en la boca de la que se había comido la miel, con lo cual el príncipe pudo reconocer a la verdadera. Se desvaneció el hechizo; todos despertaron, y los petrificados recuperaron su forma humana. Y “El bobo” se casó con la princesita más joven y bella, y heredó el trono a la muerte de su suegro. Sus dos hermanos recibieron por esposas a las otras dos princesas.

EL ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA

A continuación, emplearemos la teoría de iniciación de Propp:

1.- Presentación: El cuento nos traslada a la época medieval. En este caso, los jóvenes príncipes deben pasar distintas pruebas para desencantar el castillo, para luego ser recibidos por sus futuras esposas. Así, nuestro cuento nos recrea el ambiente y las pruebas que deberán pasar para ello.

2.- Partida del Castillo: Los dos hermanos mayores, príncipes ellos, en busca de una nueva vida, alejada de las batallas y corteses sirvientes, se adentran en el bosque. Se entiende que lo hicieron de manera silenciosa. Luego, su hermano menor, conocido como “El bobo”, los buscaría y acompañaría en su travesía entre las lagunas y altos árboles.

3.- Aislamiento en el bosque: Es el tiempo en que los dos hermanos permanecen en la inmensidad del bosque, solos hasta que llega el hermano menor que los acompaña y salva.

4.- Pruebas: Estas pruebas son las que demostrarán que el hermano menor es el “elegido”. Las pruebas serán muy bien afrontadas por él. Véase la primera donde los mayores tratan de destruir el nido de hormigas, luego cuando intentaron cazar los patos y finalmente con el intento de incendiar un panal de abejas. En todas estas pruebas, el menor hizo que sus hermanos no llegaran a realizar la acción. Se portó de manera ejemplar y como sabemos: el destino recompensa.

5.- Adversidades: Surgen las adversidades al momento de desencantar el castillo. Los hermanos mayores fracasan en sus intentos de conseguir las perlas. Es aquí, donde aparece la figura del hermano menor.

6.- Aprendizaje: Etapa donde el hermano menor con la ayuda de los animales que protegió anteriormente, logra la meta de conseguir las perlas y a la vez, recuperar la vida de sus hermanos.

7.- Recepción festiva y Matrimonio: Gracias al hermano menor pudieron desencantar el castillo. Además, lograron conseguir matrimonio con las hijas del rey. Es en esta etapa, donde los jóvenes son recibidos con algarabía.

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